Amanecer
Cuando miro tu mirada dibujada en medio del cielo azul, de mi ciudad, espero que pronto esta distancia que acongoja mi vida se disipe, para dar paso a tenerte en mis brazos y sentir tu mirada dentro de mis latidos, con este miedo que aun tengo, de cómo será el tenerte frente a mi, y decirte que te amo, que todo aquello que plasmaba en palabras y gestos, ahora son reales y que nada puede separarnos de esta realidad, mi eterno amor.
Viene el amanecer que anuncia que es tiempo de salir, antes de dejarte aun durmiendo te digo al oído que te amo, que eres fuente de mi felicidad, y con esa sonrisa mañanera, me dejas entrar en tus latidos, una caricia rosa mis mejillas, un beso suave, calido y apasionado, detiene mi respiración, me abrazas y me detienes, diciéndome con tu piel, que es aun de mañana para dejarte. Y de tus labios emerge esas palabras que derriten mi vida: Te amo.
Por eso, amor mío, te miro suavemente, acariciándote suavemente y dejando en cada caricia toda la pasión que me haces sentir, y el fuego de esta felicidad no se apaga jamás, y caminando hacia el día que me toca vivir, volteo hacia tras y tu mirada y sonrisa me acompaña tras la ventana, en tus manos el café y la carta que todos los días te doy, diciéndote cuanto te amo. Y yo haré todo lo que este en mis manos, para que al caer la tarde pueda, volverte a ver en mis brazos. Te Amo Mar. Ya pronto estaré a tu lado.
Viene el amanecer que anuncia que es tiempo de salir, antes de dejarte aun durmiendo te digo al oído que te amo, que eres fuente de mi felicidad, y con esa sonrisa mañanera, me dejas entrar en tus latidos, una caricia rosa mis mejillas, un beso suave, calido y apasionado, detiene mi respiración, me abrazas y me detienes, diciéndome con tu piel, que es aun de mañana para dejarte. Y de tus labios emerge esas palabras que derriten mi vida: Te amo.
Por eso, amor mío, te miro suavemente, acariciándote suavemente y dejando en cada caricia toda la pasión que me haces sentir, y el fuego de esta felicidad no se apaga jamás, y caminando hacia el día que me toca vivir, volteo hacia tras y tu mirada y sonrisa me acompaña tras la ventana, en tus manos el café y la carta que todos los días te doy, diciéndote cuanto te amo. Y yo haré todo lo que este en mis manos, para que al caer la tarde pueda, volverte a ver en mis brazos. Te Amo Mar. Ya pronto estaré a tu lado.
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