Hojalatas

El murmullo de hojalatas abandonadas en el camino, su murmullo silencioso, perseguidos por su pecado, por el pasado, deambulan por esos senderos, peregrinando, en busca de su redención, pobres hojalatas que en vez de sentir la frescura de la lluvia, se oxidan y se carcomen, con el tiempo olvidan que fueron, quedando solo las marcas de su corrosión, hay tantas experiencias y sueños que olvidamos en el camino, tantos anhelos que se oxidan con el tiempo y cuando pensamos retomarlas, no sabemos que fueron.
En el estruendo de las jaurías, las hojalatas, corren para esconderse, tienen miedo de ser cogidos nuevamente, de alimentarles sus sueños perdidos, pero son sueños, y se dejan abrazar con tal esperanza que dicen: ahora sí. Y luchan, dan lo mejor de si, ya saben sus debilidades. Ay hojalatas, te estas alegrando, has comenzando a pulir el oxido que ha carcomido tu corazón y remplazas nuevas partes, te sientes cómodo y dichoso que al fin lo lograras. Pero sin más que decir, te dejan nuevamente en el camino, abatido, cansado y frustrado, te dices a ti mismo: ¿que he hecho mal?. Muchas veces, volvemos a retomar los sueños del pasado, quizás con la ilusión de hacerlos realidad, pero al poco tiempo, los abandonamos, sin poner mas pasión en ellos y quizás con menos intensidad de la primera vez.
Mi hojalatas, sigue vagando por el sendero, muchas partes se han caído, ya no pueden ser sostenidas, y luchas por no sucumbir. Miras al poniente, tienes miedo, pero cuando fuiste concebido por la esperanza de hacerte realidad, te dijiste: no me rendiré. Y así sigues, siempre luchando y con la esperanza que se haga realidad. No desfallecerás. Siempre los anhelos que concebimos están ahí esperando que se hagan realidad. En algún, momento sin duda alguna, pero no hay que esperar a que sea tarde.
En el estruendo de las jaurías, las hojalatas, corren para esconderse, tienen miedo de ser cogidos nuevamente, de alimentarles sus sueños perdidos, pero son sueños, y se dejan abrazar con tal esperanza que dicen: ahora sí. Y luchan, dan lo mejor de si, ya saben sus debilidades. Ay hojalatas, te estas alegrando, has comenzando a pulir el oxido que ha carcomido tu corazón y remplazas nuevas partes, te sientes cómodo y dichoso que al fin lo lograras. Pero sin más que decir, te dejan nuevamente en el camino, abatido, cansado y frustrado, te dices a ti mismo: ¿que he hecho mal?. Muchas veces, volvemos a retomar los sueños del pasado, quizás con la ilusión de hacerlos realidad, pero al poco tiempo, los abandonamos, sin poner mas pasión en ellos y quizás con menos intensidad de la primera vez.
Mi hojalatas, sigue vagando por el sendero, muchas partes se han caído, ya no pueden ser sostenidas, y luchas por no sucumbir. Miras al poniente, tienes miedo, pero cuando fuiste concebido por la esperanza de hacerte realidad, te dijiste: no me rendiré. Y así sigues, siempre luchando y con la esperanza que se haga realidad. No desfallecerás. Siempre los anhelos que concebimos están ahí esperando que se hagan realidad. En algún, momento sin duda alguna, pero no hay que esperar a que sea tarde.
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MAR