Mar III

Volviendo a mirar tras la ventana del tiempo, encontré tu saludo y a mi respuesta extrañe tu voz. Fui al mercado compre queso, aceitunas, manzanas, pan y tamales, aún es temprano, en domingo la gente se refugia en sus casas, el bullicio de la semana parece un desierto en este día, tomo un taxi, no me dio ganas de manejar, preferí contemplar las calles, pensar en diferentes cosas. Ya en casa aliste el desayuno, prepare café, la cocina se inunda del ama, que me lleno de más recuerdos, hoy tomare desayuno solo, pero no tan solo porque te tengo en mi mente, confundo el aroma de café con el aroma de tu felicidad, quizás tengan las mismas notas. Siento que pensarte me hace bien, qué más puedo hacer, si no puedo verte hasta ahora, la distancia es inmensa. Me pregunto cada día que no se de ti, que andarás haciendo, y no como obsesión, sino porque te extraño mucho y formas parte de mi vida, quizás también prepares café, leas el diario, escuches música, estés abrazando a la nena, cambiándola o alentándola a que termine todo su desayuno.

No escucho música, tengo los diarios en la mesa, releo un poco, sorbos de café en esta mañana fría, es un buen día para pensar en muchas cosas, pienso en ti, en tu mirada, en tu sonrisa, de verdad las extraño, pero en esa filosofía, cómo extrañar aquello que no has vivido ver frente a ti, como anhelar la sonrisa si no has podido escuchar el sonido que produce.  Pensar en esa posibilidad de que: por fin te animaste a venir, ya solo me queda que el tiempo pase rápidamente, para llegar a la puerta del avión, han pasado muchos años, que unos meses más no harán la diferencia. Ya nada es lo que era, hemos sufrido heridas, cicatrices infinitas quizás el encuentro sea maravilloso o tal vez un sueño frustrado. Será lo que tenga que ser, reafirmo mi deseo que llegue agosto.

Tocar la puerta sin avisarte, esperarte a la salida de tu trabajo, o en definitiva que me esperes en la terminal, para no perderme, todo es posible. Termino el café que me recuerda a tu sonrisa, espero que tengamos un buen domingo, que charlemos en cortos momentos, y poder verte un momento, llenarte de sonrisas, conocer a tu  princesa hermosa. Espero que me reconozcas en la terminal.

Samuel Mamani